Excelentes experiencias de atención a cliente. ¿Aún existen?
Es bastante fácil recordar cuándo tuviste una pésima experiencia en un negocio o servicio. Por ejemplo el más reciente fiasco en tu ida al cine, tu café frío en lugar de caliente, o al evasivo y errático mesero que te (mal) atendió en un restaurante y todavía te fue a perseguir para que aumentaras su propina.
Lo difícil, es recordar la última vez que tuviste una gran experiencia en atención y servicio a cliente, y que recuerdes por qué fue tan buena.
Para mí la última gran experiencia de cliente, la tuve hace años en un cine de mi ciudad. Fui con mi mamá. Nos atendieron rapidísimo en taquillas y en dulcería.
Pero al momento de pagar el combo, se me cayó mi tarjeta de puntos. Ni siquiera lo noté. Justo antes de entrar a la sala, uno de los empleados del cine se acercó corriendo y me dijo que se me había caído mi tarjeta y luego me la dio.
No eran pocos puntos. Pudo no haberle dicho nada a nadie, guardarla y «gastarlos» en dulcería otro día, pero no lo hizo. Me alcanzó y me la dio. Luego nos abrió amablemente la puerta de la sala y nos dijo: «Disfruten la película».
Mi mamá y yo además de agradecerle mucho por su honradez y su ayuda, nos volteamos a ver sorprendidos. Sólo le dije: «Wow», y ella sonrió y me dijo algo como: «Sí, es increíble».
Uno se acostumbra al maltrato de los empleados. Se vuelve tan cotidiano soportar groserías y patanerías, que cuando uno recibe amabilidad y buena actitud de servicio, no puede creer lo que está sucediendo.
Si tienes un negocio aunque sea pequeño, esa es la sensación que debes aspirar a tener en tus clientes. Que se queden sorprendidos de que, aunque el mundo es cada vez más cruel:
Aún existen los negocios en donde te reciben con una sonrisa, amabilidad y eficiencia.
Eso sí que es un factor diferenciador para un negocio.
Debemos acostumbrarnos a un trato de humanos y no de robots. De hecho, en el futuro creo que la mayoría de robots nos tratarán aún mejor que muchos humanos, desafortunadamente.
Tratemos de olvidar fácilmente las pésimas (y tan comunes) experiencias de servicio. Intentemos recordar lo bueno, tan claramente como recordamos lo malo. Ese es un cambio de enfoque radical ¿no lo crees?
Felicita siempre a los excelentes empleados, para que sigan siendo amables y no se desmotiven con el tiempo.
¿Recuerdas la última vez que te trataron increíblemente bien en algún negocio? Me encantaría que me lo contaras.
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